EL MARMOL EN LA COCINA
Si en un artículo anterior hablamos de la utilización del mármol en el baño, llega el momento de hablar de su uso en la cocina, un espacio en el que también puede tener una presencia muy relevante y que normalmente se relega a la encimera donde se preparan los alimentos.
El mármol cuenta con una buena variedad de modelos en varios colores que no son manufacturados, sino que provienen de la propia naturaleza. Por ejemplo, encontramos mármoles blancos, crema, rosas, verde y una gran variedad más. También están los que aparecen solo en algunos lugares concretos del planeta, como el Blanco Macael, que solo se puede obtener en Almería o el Carrara, de esa zona italiana.
La cocina, ya lo sabemos, es un rincón en el que puede utilizarse cualquier color, siempre buscando una integración con los muebles elegidos para ella. Como siempre, hay que procurar guardar cierta lógica y armonía entre muebles, paredes y suelo, así que siempre hay que procurar tener bien claro qué se busca exactamente para la estancia.
El mármol puede utilizarse tanto en la encimera únicamente como en el suelo o las paredes, a modo de revestimiento y dotando a la cocina de un aspecto diferente y más elegante que con el azulejo. Entre sus ventajas está la facilidad de limpieza.
Basta con pasar un trapo húmedo con jabón neutro para eliminar la suciedad y dejarlo reluciente y como nuevo. Las posibilidades del mármol son tan grandes como lo son con los azulejos. Existen piezas grandes y otras más pequeñas, como molduras o tacos que ofrecen una variedad muy extensa y ayudan a personalizar los espacios a gusto del comprador.
Una cocina decorada con mármol blanco puede quedar muy bien con unos muebles modernos o minimalistas, mientras que si estos son algo más recargados, podría utilizarse una combinación de colores que ayude a dar algo más de presencia a la cocina. Una cocina más rústica y con muebles de color madera podría quedar muy bien con mármol de colores más rojizos, por ejemplo. Eso sí, hay que recordar que los colores claros aumentan la luminosidad y ayudan a hacer más grande la estancia.
